miércoles, 15 de octubre de 2008

EL PRECIO DEL ORO



Se suele decir que los economistas solo aciertan a posteriori. Que su capacidad para explicar lo que pasó ayer solo es equiparable a su incapacidad para predecir lo que pasará mañana. Sin embargo, no se podrá decir que esta crisis no ha sido "la crónica de una crisis anunciada". De hecho, es probable que hasta los que mueven los hilos de la política monetaria supieran lo que se les venía encima hace más de 5 años. Todos los indicadores, absolutamente todos, nos decian que el endeudamiento fácil estaba entrando en un callejón sin salida. Sin embargo, cuando la realidad supera la ficción, nos es más cómodo, simplemente, no aceptarla.

La actual coyuntura es predicha exactamente por la teoría del ciclo económico. Hoy cuando ya no es posible sacar rédito de conocerla, es precisamente cuando está en boca de todos, natural, no vale nada. Si hace cinco años hubiera llegado a mis oidos con el suficiente interés, hubiera comprado oro y hoy, al poco tiempo después de que la confianza internacional en el sistema financiero se restableciera, lo hubiera vendido. De esta forma hubiera obtenido billetes razonablemente "a salvo" a precio de papel mojado en caida libre.

Si los estados hubieran dejado caer a la banca, como yo creo que tendrían que haber hecho, el oro no hubiera dejado de subir, no hubiera habido moneda fiduciaria que aguantara el envite. El ejemplo de Islandia es muy ilustrativo: para su corona, esta crisis ha llegado tan tarde que no ha habido respaldo "creible" y literalmente su valor se está evaporando.

La cuestión aquí es que si no se produce una recapitalización urgente de las instituciones financieras, dentro de 3 a 5 años, la pelota podría continuar hinchándose hasta que ni el euro ni el dolar aguanten un colapso. En ese caso, el oro sigue siendo muy bárato...

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